This seems like a very New York story. How does it relate to the rest of the country?

Over 37% of New York City’s population is foreign born (an all-time high, nearly three times the national average), and over 22% of its workers belong to unions (this number is declining, though it’s now about double the national average). The labor of immigrants, including the undocumented, is without a doubt indispensable to the city’s economy. In the case of the workers in The Hand That Feeds, New York State’s Wage Theft Prevention Act of 2011 actually became an organizing tool that helped them to conduct their campaign, which eventually resulted in not only better wages but also in structural changes giving the workers more voice and dignity on the job. So in a sense, NYC is a place that is “friendly” to both immigrants and labor unions, and the campaign in the story was made possible in part by New York State law.

But the story of The Hand That Feeds is part of a larger national movement, and it gets at the heart of what’s happening with jobs all over America. Since 2008, the U.S. economy is turning middle income jobs into low income jobs at alarming rates, and the low-wage service sector, including food service, is among the fastest growing in the nation. Wage theft and the other issues faced by the workers in the film are widespread around the country— for all workers in these industries, regardless of immigration status.

Change is happening too, though. A recent paper from United Workers Congress shows that the rise of workers centers marks the cutting edge of a growing social movement that has helped push the conversation about low wage labor from the margins to the forefront of national debate. At the same time, the fast food strikes that began in New York in late 2012 (soon after the workers in The Hand That Feeds won their contract) have spread all around the country and even internationally as workers demand $15 an hour and the right to form a union without intimidation.

Because labor laws vary, some organizing tactics or specific goals for change may vary from state to state. But stories like the one in the film are happening all over America. To find out what’s happening in your area, check out our interactive map Changing the Food Chain

Esto se parece a una historia propia de Nueva York. ¿Cómo se relaciona al resto del país?

Más del 37% de la población de Nueva York nació en el extranjero (un máximo histórico, cerca de tres veces el promedio a nivel nacional) y más del 22% de su fuerza laboral pertenece a sindicatos (pero este número está en declive, aunque en el presente es el doble del promedio a nivel nacional). El trabajo de inmigrantes, incluyendo las y los indocumentados, es indudablemente indispensable para la economía de la ciudad. En el caso de las y los trabajadores en La mano que alimenta, la Ley de Prevención de Robo de Salarios de 2011 del estado de Nueva York se convirtió en un instrumento que ayudó en la realización de su campaña, la cual eventualmente resultó no solo en mejores salarios sino también en cambios estructurales que les dieron más voz y dignidad en sus empleos a las y los trabajadores. Así que, de cierta forma, NYC es un lugar “amigable” tanto con inmigrantes como con sindicatos laborales y la campaña en la historia fue posible en parte por la ley estatal de Nueva York.

Pero la historia de La mano que alimenta es parte de un movimiento nacional más amplio y llega a las entrañas de lo que está sucediendo con los empleos por todo Estados Unidos. Desde 2008, la economía estadounidense está convirtiendo empleos de medianos ingresos en empleos de bajos ingresos a velocidades alarmantes y el sector de bajos ingresos, incluyendo el servicio de comida, está entre los más rápidamente crecientes en la nación. El robo de salarios y otros asuntos que enfrentan las y los trabajadores en la película son rampantes a lo largo del país—para todas y todos los trabajadores en estas industrias, sin importar estatus migratorio.

Pero también están sucediendo cambios. Un reporte reciente del Congreso de Trabajadores Unidos (United Workers Congress) muestra que el alza en el número de centros de trabajadores está a la vanguardia de un creciente movimiento social que ha ayudado a avanzar la conversación sobre el trabajo de bajos salarios desde los márgenes hacia el frente del debate nacional. Al mismo tiempo, las huelgas en la industria de la comida rápida que comenzaron en Nueva York a finales de 2012 (poco después las y los trabajadores en La mano que alimenta ganaron su contrato) se han regado por todo el país e inclusive internacionalmente, a medida que trabajadoras y trabajadores exigen $15 por hora y el derecho a formar un sindicato sin sufrir intimidación.

Ya que las leyes laborales varían, algunas tácticas organizativas o metas específicas de cambio pueden variar de estado en estado. Pero historias como la de la película están sucediendo por todo Estados Unidos. Para informarse sobre qué está sucediendo en su área, refiérase al mapa interactivo de Cambiar la Cadena Alimentaria.

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